11 ene 2008

TRATAMIENTO DEL VÉRTIGO

Diversas investigaciones científicas han demostrado que en aquellos casos en los que la fobia es la causa desencadenante del vértigo el enfoque más efectivo para resolver el problema es el tratamiento conductista. "Un método que no requiere examinar el pasado para identificar el trauma original de la fobia, sino que sólo precisa saber qué es lo que desencadena la reacción presente", señala García Losa.

En concreto, el más utilizado por los terapeutas es el método de exposición, mediante el cual se expone al paciente a la situación a la que teme, la altura, hasta que logre desensibilizarse y familiarizarse con el trastorno. "Sólo en algunos casos de ansiedad muy acusada es necesario el uso de ansiolíticos, ya que las posibilidades de éxito terapéutico con estas técnicas son muy altas, en torno al 80%, si bien los resultados varían según el tipo de fobia y su intensidad", subraya la terapeuta del Instituto Superior de Psicología Clínica y de la Salud, Laura Ferrer.

En este sentido, a la hora de someter a una persona al proceso de exposición, se deben tener en cuenta una serie de factores que se derivan de este tratamiento:

Habituación:
El paciente está en contacto con su miedo de manera que pueda familiarizarse con él y responda cada vez menos al estímulo.
Extinción:
La respuesta al estímulo se va debilitando, hasta quedar anulada, ante la eliminación del refuerzo.
Factores cognitivos:
Definen la capacidad para asimilar el miedo y la información que se conoce sobre éste, hasta conseguir que disminuya durante las sesiones.
Procesamiento emocional:
La exposición a la situación que se teme permite al paciente "archivar" en su memoria emocional, puesto que las sesiones no le producen peligro y, por lo tanto, su ansiedad es innecesaria para tal caso.


Entre las distintas técnicas que se pueden emplear destacan las siguientes:

Desensibilización sistemática.
Constituye la técnica más utilizada por ser de fácil aplicación. El paciente asume que la respuesta de ansiedad ante el objeto temido fue aprendida, por lo que, por medio de un reaprendizaje, interioriza una respuesta más adaptativa. Puede hacerse en la consulta (presentando las escenas de exposición a través de imágenes), en vivo (presentando situaciones reales en el contexto real) o junto con un modelo, siendo generalmente el propio terapeuta el que se expone gradualmente a las situaciones temidas.
Técnicas de relajación.
Su conocimiento y uso adecuado es muy importante durante el tratamiento para poder aplicar las técnicas de exposición.
Inundación.
De gran eficacia, su objetivo es lograr que el paciente se exponga a la situación temida hasta que ésta ya no genere el mismo grado de ansiedad y desaparezca el miedo. Requiere más experiencia por parte de terapeuta.
Reestructuración cognitiva.
Con ella, se pretende identificar la forma con la que la persona estructura su mundo, determinando así sus emociones y conductas. Una vez identificados aquellos elementos y contenidos cognitivos, el objetivo es ayudar a la persona a modificarlos.
Consejos


En el momento de enfrentarse a una altura considerable, los expertos consultados recomiendan ante episodios de vértigo o acrofobia intentar mantener la calma en todo momento y, aunque resulte difícil, relajarse y respirar profundo. En casos extremos, se aconseja recurrir a técnicas de relajación, tales como el yoga, y esforzarse por erradicar ese temor.

No se debe obligar a la persona fóbica a enfrentarse directamente con aquello que le provoca el miedo. Tampoco es aconsejable inculcarle la idea de que será más o menos valiente según sea capaz de mirar al vacío o no, puesto que el estímulo que provoca el temor puede generar un estado de ansiedad sensiblemente superior que el que genera en situaciones normales.

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